Colombia es el único país del continente americano donde se siguen utilizando las minas antipersonas de manera sistemática por parte de los actores no estatales. La situación de violencia en cuyo contexto se han utilizado las minas, es también responsable de una cantidad incalculable de MUSE (munición sin explotar), que permanecen activas después de los combates. Tanto las minas como las MUSE están causando niveles graves de afectación a la población civil y los índices de personas muertas o heridas por causa de estas armas crece de manera alarmante cada año.
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